Prevención

La prevención en odontología se refiere a cualquier medida que se pueda tomar para evitar la aparición o progresión de problemas dentales. Esto puede incluir el uso diario de productos de cuidado oral, como enjuagues bucales y cepillos de dientes con cerdas suaves, así como la asistencia regular al dentista para limpiezas y revisiones. También es importante mantener una dieta equilibrada y evitar el consumo excesivo de alimentos y bebidas que puedan dañar los dientes, como alimentos azucarados y bebidas gaseosas.

Además de estas medidas de cuidado diario, también puede ser útil usar protecciones especiales para los dientes durante actividades deportivas o masticar chicle sin azúcar para promover la producción de saliva y prevenir la sequedad de boca. La sequedad de boca se ha relacionado con un mayor riesgo de caries y otras afecciones bucales, por lo que es importante mantener los niveles adecuados de humedad en la boca.

Es importante tener en cuenta que algunas personas tienen un mayor riesgo de problemas dentales debido a factores como la edad, ciertas enfermedades crónicas o el tabaquismo. Para estas personas, la prevención es aún más importante y puede incluir medidas adicionales, como tratamientos más frecuentes o la utilización de productos de cuidado oral más avanzados.

En resumen, la prevención en odontología es esencial para mantener la salud y el bienestar bucal a largo plazo. A través de un cuidado diario adecuado y la asistencia regular al dentista, se pueden prevenir muchos problemas dentales y garantizar una boca saludable.

Tras cualquier ingestión de alimento se forma por toda la boca la placa bacteriana (Biofilm) que no es más que minúsculos restos de alimentos y bacterias. Esta placa bacteriana resulta fácil de eliminar con un cepillo de dientes y otros complementos (ver en Servicios: Instrucción de Higiene). Sin embargo, en los rincones de la boca de difícil acceso donde no pasemos adecuadamente el cepillo, la placa bacteriana queda acumulada. Estos rincones suelen ser:

  • Las fisuras de los molares
  • El espacio existente entre los dientes
  • En los márgenes de las prótesis, coronas, puentes, etc.
  • Tejidos rugosos como la lengua
  • El área de los dientes próxima a la encía

 

Las encías no están adheridas al diente en su parte más externa, y ese es un lugar privilegiado para el asentamiento de las bacterias de la boca. Si no conseguimos eliminar correctamente, tras cada ingestión de alimentos, estos restos acumulados junto a las encías, la placa bacteriana se va calcificando y se convierte en el sarro, cálculo o tártaro.


El sarro está compuesto igualmente de bacterias, pero al estar endurecido y adherido a la superficie del diente ya NO puede ser eliminado con un cepillo de dientes y debe ser tratado en su clínica dental por un profesional. Es esencial no abandonar el cuidado de las encías, porque tanto la placa bacteriana como el sarro provocan inflamación de las encías (gingivitis) que se manifiesta como ligero enrojecimiento, a veces sensibilidad dental y especialmente sangrado al realizar el cepillado de los dientes.

si no tratamos la gingivitis a tiempo, la irritación de las bacterias llega hasta el hueso que sujeta los dientes. Ante este ataque, el hueso responde huyendo, es decir, destruyéndose parte del soporte del diente. Esta destrucción del hueso alveolar originada por esta causa es casi siempre irreversible. Es decir, que cada porción de hueso de soporte que se destruya queda perdida para siempre.
La gingivitis se caracteriza por un color rojo, inflamación y sangrado de las encías. Se origina principalmente por una mala higiene dental, aunque también puede aparecer por otras causas como el embarazo o medicamentos. Cuando la gingivitis no se trata y se mantiene en el tiempo se convierte en periodontitis.

Además, al destruirse parte del soporte del hueso queda un rincón más hondo bajo las encías. Lo que se denomina bolsa periodontal, donde se acumulan más restos, que serán más difíciles de eliminar con el cepillado y que provocarán más inflamación y destrucción actuando como un círculo vicioso.

El mantenimiento personal bien realizado a base de cepillado tras las comidas y accesorios de higiene, permite evitar la aparición de enfermedades de las encías. Sin embargo, puesto que realizar un mantenimiento perfecto tras cada comida resulta muy difícil en la sociedad en que vivimos, debe hacerse lo mejor posible y complementarlo con revisiones periódicas, dependiendo de la predisposición personal, cada 4,6 ó 12 meses en nuestra clínica dental a fin de comprobar el estado general de encías y dientes.
Podemos de esta manera hacer prevención, anticiparnos a problemas mayores y modificar pautas en caso de necesitar medidas de refuerzo preventivo.

En caso de detectar un problema, siempre será mucho más sencillo de solucionar y con mejor pronóstico cuanto antes sea diagnosticado y tratado.

Muchas personas han comprendido ya, que adquirir el hábito de realizar un buen mantenimiento de su boca, junto con revisiones periódicas es el mejor sistema de conservar la dentadura, de forma sencilla, durante toda la vida.

Como en muchas otras enfermedades, el cáncer oral puede ser detectado en etapas iniciales en la boca. Evidentemente hay que saber buscar, ser metódico y analizar los factores que pueden estimular su aparición y posterior progresión. Dentro de este enfoque, existen varios tipo de lesiones y signos bucales cuya aparición suele ser previa a la “malignización” de la enfermedad.

Sabiendo que el pronóstico y la supervivencia a este tipo de alteraciones se basa en cogerlas a tiempo, en Clínica Dental nos esforzamos por hacer un examen meticuloso de las zonas susceptibles en todas las visitas de mantenimiento/prevención.

Además de llevar a cabo los procedimientos protocolizados en caso de detectar alguna de estas lesiones, también realizamos procedimientos de detección precoz específicos que nos permiten revelar algunas todavía no visibles a simple vista, cogiéndolas así aún más precozmente.

Para evitarlo, las recomendaciones más importantes son:

  • Dieta equilibrada.
  • Mantener una buena higiene oral
  • Curar las lesiones previas que puedan aparecer antes del cáncer
  • Evitar los factores productores más comunes como el tabaco, alcohol, elementos de roce continuo con los tejidos de la boca, infecciones por VPH (virus del papiloma humano), más frecuentes en personas con promiscuidad sexual oral.
  • Visitas periódicas de control.

La acumulación de placa bacteriana (biofilm) es la causa más común de patologías como la gingivitis, la caries y la periodontitis. Para evitarlo debemos cepillarnos los dientes después de cada comida y antes de acostarnos, pero el uso del cepillo dental requiere de un complemento para asegurar la higiene completa de los espacios interproximales (espacios entre los dientes) que suponen el 40% de las superficies dentales..

Las diversas técnicas de limpieza de esta zona bucal abarcan desde el uso de la seda y la cinta dental hasta los cepillos interproximales. La elección de un tipo de elemento u otro dependerá del tamaño del espacio interdental de cada persona.

Accesorios dentales:

  • Cepillado dental con un cepillo sónico: Los cepillos sónicos son un tipo de cepillo eléctrico vibratorio de alta frecuencia. Teniendo la capacidad de remover el biofilm oral. Favoreciendo la limpieza de todas las superficies incluso en zonas defíciles de alcanzar, como los dientes o debajo de la línea de las encías.
  • Seda o cinta dental: se aconseja su uso en personas con espacios interproximales estrechos, en los que apenas hay separación entre los dientes. Su utilización elimina el biofilm interdental cerca del borde de las encías, y su uso diario antes de realizar cada cepillado puede eliminar hasta el 80% de la placa bacteriana. La diferencia entre la seda y la cinta dental es que la seda presenta una disposición circular y la cinta es más ancha y plana, y la elección de una u otra dependerá de las preferencias del consumidor. Por otro lado, para utilizar más fácilmente la cinta se puede emplear un aplicador de seda dental.
  • Cepillos interproximales: cuando hay una separación de los dientes o hay espacios interproximales abiertos por falta de alguna pieza dental, se recomienda usar este tipo de cepillos, escogiendo el de tamaño más adecuado para cada espacio. El cepillo se debe introducir cómodamente, de modo que sean los filamentos los que estén en contacto con los dientes, y no el alambre.
  • Irrigadores bucales: mediante la aplicación de un chorro pulsátil de agua o enjuague bucal se consigue la eliminación de bacterias depositadas en dientes, encías y zonas de difícil acceso.

Dentro de las medidas encaminadas a mejorar nuestra salud buco-dental en particular y la de todo nuestro organismo en general, la llave del éxito es una alimentación adecuada.

Ayudarás al sistema inmunológico a defenderse de la mejor manera frente a los agentes externos reforzando las defensas.

En Clínica Dental tratamos de personalizar cada caso y aconsejar, cuando fuese necesario o el paciente lo requiriera, algunas pautas o cambios en las costumbres dietéticas que permitan mejorar su salud a medio y largo plazo.